DANZA Y TECNOLOGÍA
El siguiente texto es parte de una entrevista a una coreografa virtual llamada Thecla Schiphorst.
"El acelerado desarrollo tecnológico no puede ser pensado sin su relación con el desarrollo del ser humano. Las artes y las ciencias estrechan cada vez más sus caminos y la evolución de uno influencia al otro, creando una espiral cuyo movimiento nos guía hacia una nueva percepción y comprensión de nuestra realidad."
"La danza y la coreografía, como artes del movimiento, centradas en el trabajo corporal y multisensorial, representan un mundo técnicamente muy rico, que puede y debe aportar una visión central en el desarrollo y diseño de futuros proyectos interdisciplinarios de alta tecnología, para investigar, educar y crear."
« Nuestras actuales interfaces están centradas en la noción Cartesiana de separación de mente y cuerpo, una mitología de siglos de descorporeidad que devalúa lo físico. Estamos intoxicados con la idea de estar desconectados de nuestros cuerpos. En discusiones sobre realidad virtual (VR), por ejemplo, se habla mucho sobre descorporeidad y miedo de ello, los dispositivos de realidad virtual como guantes de data y cascos son dependientes de una fina sintonización al cuerpo. »
« Yo estoy interesada en corporeidad. La única forma en la que podríamos vivir en un mundo virtual es a través de nuestros cuerpos. La danza se origina del aprendizaje y la experiencialidad de cómo el cuerpo físico opera. El entendimiento del movimiento no viene de lo abstracto, viene de trabajar físicamente. Todo lo que yo hago concierne a la corporeidad de nuestro lenguaje físico en relación a la tecnología. » Tecla Schiphorst.
Es interesante reflexionar como nuestra dimesiòn humana cambia en relación a nuestras manera de relacionarnos y comunicarnos corporalmente frente a las tecnologías. El mundo de las imágenes y las nuevas herramientas que se presentan al servicio coreografico, cambian indudablemente las maneras de percibir y representar. Existe el peligro por la fascinación de ciertos útiles que pueden hacer perder la esencia de lo humano, lo sensible. Pero también existe ese lado que puede potenciar aquel mundo imperceptible, invisible e interior de la danza que puede ser visualizado a través de las nuevas tecnologías.