dimanche, septembre 04, 2005

VIVIR LA DANZA

Desde que tengo conciencia amé la danza. Cada vez que escuchaba música, un impulso inevitable hacía que comenzara a moverme, a veces incluso sin música audible. Con el pasar de los años incursione en un sin número de danzas: folklóricas, expresión corporal afro, griego, ballet entre muchas otras. Estudie danza en el instituto Valero, la U. de Chile y todo aquel lugar que encontrase interesante. Un día me planteé la posibilidad de que este lenguaje no fuese solo para mi y llegue a las Escuelas. Entre medio conocí a la maestra María Fux danza terapeuta Argentina, quien tiene actualmente tiene mas de 80 años, aún baila y se dedica a crear profesores danza terapeutas y a trabajar con bailarines discapacitados. Todo este universo de increíbles movimientos me llevo a investigar sobre el lenguaje del movimiento y las posibilidades de incorporarse en la escuela como una danza expresiva y pedagógica, pero por supuesto a sido un sueño realmente difícil, al querer tratar de rescatar este lenguaje que deja al desnudo la esencia de cada persona frente a la virtualidad y apariencia que busca la vida moderna actual.
En este quehacer me encontré un día entrando a la sala vacía donde trabajaba con mis alumnos, en esta ocasión niños de 5° básico. Entraron corriendo, revolcándose en el suelo, gritando y corriendo sin parar, los deje un momento observándolos y pensando, “creo que esto no es para mi, no puedo frente a todo esto”. Y desilusionada puse una música y los deje un momento, cuidando que no se hiciesen daño. Entonces sucedió algo mágico, unas niñas se me acercaron girando como verdaderos trompos y me dijeron muertas de la risa. “Tía Vivi esta clase es para ser libre ¿verdad?”.
Entonces respiré profundo y les sonreí diciendo: “claro, es para ser libre”.
Desde ese día pensé que esta propuesta era muy difícil, pero a la vez impagable. Asi comienza, este espacio de búsqueda en la danza....

1 commentaire:

Pau a dit…

Mi primer encuentro con la danza fué muy bello.
Venía de vivir una experiencia de vida bastante fuerte, de un desamor doloroso. En esto conocí a una chica mágica(Vivi)que me invitó a experimentar con mi manejo tecnológico e intervenir con imagenes la danza de sus estudiantes. Mi experiencia de dolor había producido en mi cuerpo una suerte de bloqueo, en realidad al parecer yo bloquee de alguna manera mi cuerpo.
Sentí mucha alegría ante esta invitación a intervenir la danza, y a pesar de que yo no dancé, a través del baile de los niños que bailaban, sobre estas imágenes llenas de colores y significados, mi propio cuerpo se desbloqueó, y también mi alma.
Y así organizamos dos encuentros hermosos; a pesar de que el público no fué -en la primera ocasión- la cantidad que esperabamos, sentí que algo mágico ocurría esa tarde. El estar organizando algo, ver a los chicos con un nerviosismo de mariposas en la guata, me hizo volver a recoger lo que era la sensación, el movimiento e incluso el sentir del mismo cuerpo.
Ahora dentro de mis estudios, mi preocupació es acercarme aunque sea un poco a lo que significa el aprendizaje y qué hace que existan experiencias tan mágicas; centro mi preocupación en esa dimensión que tendemos a negar, cerrar o bloquear: nuestro cuerpo.